Uno de los primeros pasos del autoconocimiento es detectar nuestras propias emociones. Reconocer lo que sentimos, con la palabra más cercana a nuestra realidad. Y me resulta curioso, porque estando en la era de la comunicación, aún hoy existen multitud de personas que se liberan del compromiso de reconocer sus propios sentimientos con tan sólo dos palabras: “Bien” o “Mal” y ninguna de ellas representa una emoción (sino un juicio). Podemos describir cuando nos sentimos felices, tristes, asqueados, sorprendidos, miedosos, enfadados… Y muchísimo más.
Hoy, en este post, quiero proponer un juego muy fácil, un ejercicio simple que te va a ayudar a comunicarte de un modo más efectivo no sólo con los demás, también contigo mism@.
Antes de nada…
Me gustaría dejar claro que no debemos confundir un estado de ánimo con una emoción. La emoción es aquella respuesta ante un suceso en el que mi cerebro ha interpretado “x” y en cuestión de segundos, pone en marcha los procesos químicos que libera por todo el cuerpo, digamos que es lo que hace que los latidos de mi corazón bombeen a ritmo de salsa cuando me siento feliz. Pero si en cuestión de unos minutos me dan una noticia no muy agradable, mis químicos liberados serán diferentes y mi respuesta física también.
Son variables, cambiantes y pasamos por varias de ellas al cabo del día.
El estado de ánimo es una prolongación sin necesariamente tener un motivo ni una explicación detallada. Es el cúmulo de indefinidos estímulos y respuestas. Puede durar días, semanas, y hasta puede seguir un patrón cíclico.
Una vez aclarado esto, vuelvo con el tema:
Decía que voy a hacer una proposición. Un aprendizaje que aprovecharás como mejor lo sientas. Decirte que las pautas del ejercicio son orientativas porque tú, mejor que nadie, sabrás el compromiso que quieres depositar en ello, así que elige lo que más te convenga.
Al final de este post encontrarás una imagen, yo la llamo el círculo de las emociones. En ella puedes distinguir diferentes emociones (también puedes consultar en tu buscador de internet, encontrarás muchas más; pero a mi criterio, y para empezar, esta imagen ya ayuda mucho).
El ejercicio es tan simple como tener una libreta y un boli y al final del día anotar en ella por lo menos 5 emociones que has experimentado. Sírvete de la rueda para buscar aquella que mejor encaje con lo que has sentido. Repite esto durante al menos 1 semana, cada día. Pasada esa semana, anota más de 5 por día (cuanto más mejor) durante un par de semanas más.
Nota importante: Observa tus emociones siendo objetiv@. Sin juzgar ni buscar explicaciones. Solo observa.
¿Para qué sirve todo esto?
Para conocerte, para comprender aquello que te afecta y cómo lo hace y desde ese punto, podrás decidir qué quieres hacer con ello teniendo en cuenta que lo que se resiste, persiste y lo que se acepta, se transforma.
Si este post te sirve para empezar a identificar tus emociones y empezar a conocerte mejor te pido que me dejes un comentario, así sabré que aporté mi granito de arena y me sentiré satisfecha, entusiasmada, esperanzada e inspirada para continuar regalando aprendizajes.
